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  1. PROCESOS DE INDUSTRIALIZACIÓN DE LA YUCA.

    domingo, 25 de septiembre de 2016

    YUCA PARA HARINAS:
    1. Lavado: es importante sobre todo en las que proceden de suelos arcillosos. Se eliminan los restos de tierra y arena que proporcionarán un mal color a la harina. El uso de lavadoras está justificado para un volumen de 20 tm (toneladas métricas) de raíces por día.
    2. Troceado: se puede llevar a cabo manualmente o mediante máquinas. Ya que el coste del troceado es inferior al del secado, conviene modificar este último para así minimizar el coste mediante trozos de menor tamaño.
    3. Secado: con el fin de extraer la humedad por evaporación. El secado al sol es uno de los métodos más comunes. En éste los trozos de yuca se extienden en patios al sol y se mueven cada dos días, evitando siempre su exposición a la lluvia. Un inconveniente de este método es la duración del mismo que puede variar entre 7-12 días en la estación seca y algo más en la época de lluvias. La duración del secado dependerá de la insolación, época del año, condiciones de la atmósfera, entre otros factores. Por otra parte, existen varios sistemas para el secado forzado: secadores estáticos, secadores de fondo movedizo, secadores de fondo fluidizado, secadores rotativos, secadores neumáticos... Con estos se logra un secado más homogéneo, se ahorra espacio y mano de obra y no depende de las condiciones meteorológicas. El secado al fuego también se lleva a cabo en determinados lugares.
    4. Molienda: tras el secado, se eliminan las impurezas, arena, tierra, y a continuación el producto pasa al molino de martillo. La harina es aspirada por un ventilador situado en la parte superior del ciclón separador de harinas.
    5. Peletización: a continuación la harina pasa a la unidad de peletización, donde es aglomerada por la acción del calor y la presión. En esta etapa se puede añadir melaza, urea y sal. Al salir de la unidad, se enfrían los pelets (pequeñas porciones de material aglomerado o comprimido) con objeto de evitar el quebrado de los gránulos.

    YUCA PARA ALMIDÓN:
    1. Pesado: se determina el contenido en almidón, así como el estado de la yuca.
    2. Lavado y descascarado: el descascarado no se realiza cuando se va a procesar harina integral para alimentación animal. El agua se trata con sulfato de aluminio, para evitar que contenga óxido de hierro.
    3. Selección: la yuca pasa por una cinta transportadora en la que se eliminan las raíces dañadas o podridas no aptas para su procesado, así como aquellas con pedúnculos largos, que podrían romper los cilindros ralladores.
    4. Troceado y rallado o molido: las raíces entran en un tambor en el que giran una serie de aspas que las trocean se parten las raíces en trozos irregulares con la finalidad de facilitar el rallado de las mismas. La operación de rallado se lleva a cabo en los cilindros ralladores que desmenuzan la pulpa para así liberar los granos de almidón.
    5. Tamizado: tiene por objeto separar del almidón las partes fibrosas, que representa un 10-12% del producto. Se puede recuperar parte del almidón mediante un remolido y retamizado.
    6. Centrifugado: se lleva a cabo para separar los granos de almidón del líquido del que está en suspensión y de ciertas impurezas. Se añade agua potable, siempre teniendo en cuenta que no sea dura, puesto que dejaría oxalato de calcio en el producto final.
    7. Deshumidificación: en esta etapa la humedad se reduce hasta un 10-12%.
    8. Clasificación: la masa de almidón obtenida se pulveriza mediante rodillos. Esta operación se realiza mediante un tamiz de 100-200 mallas por pulgada con el que se separan los grumos de almidón, las fibras y otras partículas. Dicho material vuelve a reprocesarse y se almacena en un lugar seco.
    9. Empaquetado: la harina finalmente se envasa en sacos de papel de cubiertas múltiples.

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